¡Cuidado con la abuela!

Que todos los chinos saben karate es una de las dieciocho mil verdades absolutas e irrefutables que existen en el universo. Podrían saber judo, kung-fu, jiu-jitsu o muay thai, pero no, es karate. De eso estaba completamente segura doña Jacinta. Las pelis de Bruce Lee y Jackie Chan le habían enseñado mucho a la abuela de la inspectora Paola Martín, de homicidios. También le valían las de Chuck Norris que, aunque no fuera chino, ya se había encargado ella de rebautizarlo y “chinolizarlo” . Chinurri , lo llamaba. Ir a clases de artes marciales le parecía una pérdida de tiempo cuando tenía a tan grandes profesionales a su disposición con solo mover un dedo y apretar un botón. Es más, había conseguido diseñar sus propias técnicas de golpeo, bloqueo y chequeo tras invertir horas y horas delante del espejo, con el moño torcido y la falda remangada y sujeta con un enorme nudo que se dejaba caer por la cadera derecha. Toda una experta ¡vamos! Incluso había ido tejie...