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Mostrando entradas de enero, 2021

Renata & Colette

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  — ¿Te la vas a comer? El movimiento vertiginoso del tenedor de Colette sobre la última croqueta que quedaba huérfana en el plato, pasó como un tsunami por delante de los ojos de Renata antes de que su cerebro pudiera dar la orden de abrir la boca y decir ‘sí’. Ni era la primera vez ni sería la última. ¿Te lo vas a comer?, ¿te lo vas a beber?, ¿te lo vas a poner?, ¿te lo vas a comprar?, ¿te lo vas a follar?... Colette nunca esperaba respuesta y se comía los bombones que Renata atesoraba para ese momento especial que nunca llegaba, se bebía su gintonic antes de que las dos bayitas de enebro tuvieran la oportunidad de dejar su toque aromático, investigaba en su armario y se ponía sin permiso el vestido negro con el escotazo hasta el ombligo, se compraba el modelo de coche deportivo para el que ella llevaba ahorrando media vida y se follaba al tío que le gustaba. La vida de Renata era un desear sin osar y la de Colette un actuar sin medida. ¡La odiaba! Aquella tarde, Colette se

Rubia, soltera y extremadamente peligrosa

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  Pasar las primeras horas de la mañana de Reyes interrogando a una sospechosa de asesinato no entraba dentro de sus planes, pero no le había quedado más remedio que hacer de tripas corazón y cruzar los dedos para que aquello terminara cuanto antes y poder así disfrutar tranquilamente del roscón y del delicioso chocolate que cada seis de enero preparaba su abuela. Aún no había amanecido. La inspectora Paola Martín, de homicidios, tenía la mirada perdida en la cucharilla que giraba en sentido contrario a las agujas del reloj mientras revolvía el café, exigiéndose a sí misma un esfuerzo sobrehumano para permanecer despierta. —No ha sido ella— El timbre de voz extremadamente agudo de la abogada de oficio la terminó de espabilar. —¿Perdón? —Que le digo que mi clienta no es la asesina. Paola observó con desgana a la sospechosa. Embutida en un vestido blanco al más puro estilo “Instinto Básico” ( Sharon Stone en pleno cruce de piernas) , Bárbara M.R. permanecía en silencio, sin i