Pa’ habernos matao

Así, colgada tal y como estaba de la rama de aquel árbol que se había abierto camino entre las paredes rocosas del acantilado, y con la mente ya completamente despejada, le dio por pensar en la cantidad de cosas que seres humanos y deidades se habían inventado a lo largo de la historia para sonsacar a los demás aquello que no querían decir. Entre sus favoritas estaban el suero de la verdad (pentotal sódico), la Bocca della Verità (que muerde la mano del mentiroso) y el irrompible lazo de la verdad con el que Wonder Woman controla a los malos. También, sin saber por qué, le vinieron a la mente otras formas de obtener confesiones como meter palillos de dientes entre las uñas o hacer cosquillas en los pies. No sabía si todo eso tenía algo de sentido o si habían experimentado con ella algún método que no recordaba pero, lo que a la vista de la situación estaba claro, es que algo había salido inconscientemente de su boca que a ellos, los de la avioneta, no les había gustado, y la habían...